La casa Pedregal parece un proyecto sencillo, consiste en crear una carcasa ligera, capaz de asumir la privacidad entre su entorno, el paisaje y nosotros. Cuando te acercas a ella, sientes que es una mariposa de papel, el color blanco la hace volar entre las montañas de fondo, causándonos una sensación de proyección, más que estar dentro, podemos decir que nos hace sentir debajo. Es un prototipo que estudia la ligereza y al mismo tiempo es capaz de sumergirse en el terreno lo suficiente para conseguir que su imagen sea horizontal y esto la acerque al horizonte del océano Atlántico, Su estructura física y el régimen estricto de materiales con los que se construyó, la hacen mantenerse en forma, consiguiendo así que no pasa el tiempo por ella, que su forma saludable es como una terapia de arquitectura y que la salud es lo más importante de la vida.