En este proyecto de playa trasladamos la terraza-jardín al último piso. Como el terreno se encuentra ocupando un área natural, se hace necesario devolver el área verde en la terraza, donde pinchamos la piscina en acero inoxidable, un vaso metálico que funciona como un espejo de agua donde los niños juegan y nosotros tomamos el sol. El edificio cuenta con 17,5 apartamentos y una planta sumergida de parking, tres modelos de viviendas de dos y tres dormitorios y una pequeña “habitación de hotel” para el propietario.
Este pentágono esculpido por la arquitectura, la normativa y el presupuesto, consigue un resultado magnífico para veranear junto a la playa, sus amplias terrazas nos permiten desayunar y cenar en el exterior escuchando el sonido del mar. Beach Blik busca una armonía con el entorno, creando un retranqueo amable, el cual le dota de cierta calidad y amplitud.