Este concurso lo tuvimos claro desde el momento que visitamos el lugar, caminamos bajo los laureles, los animales visitaban la parcela con nosotros, ellos se metieron en el río, los pájaros silbaban defendiendo su entorno, el agua y el verde de las plantas autóctonas hacían que la luz estuviese completamente limpia y de alguna manera nosotros sólo teníamos que hacerla rebotar en un interior.
Esto nos llevó a comenzar el proyecto por la estructura, y nosotros planteó solamente 10 apoyos donde se ubicarían las conexiones verticales y juntas de dilatación.
El círculo es la figura geometría con mayor superficie y esto nos hacía ganar más habitaciones, solo tuvimos que unir la línea consiguiendo la máxima ocupación.
La propuesta nos ofreció una duplicidad, un paisaje interior dando al centro del agua y un jardín botánico que protege a la fauna natural existente potenciando un microclima optimizado para bendecir lo natural. Por el lado exterior conseguimos hacer el mismo movimiento que nos obligó a realizar el lugar cuando lo visitamos, observar en todas las direcciones para aprecia el infinito paisaje donde nos tocaba actuar entre las montañas y el mar.